El programa Astro Cáceres se centra en la riqueza de los cielos de los tres Macro-Territorios, los cuales engloban a las 14 comarcas turísticas de la Provincia de Cáceres. La observación de las estrellas es ideal para el que busca un turismo diferente.
La provincia de Cáceres es un lugar excepcional para el astroturismo, donde los cielos oscuros y la mínima contaminación lumínica se combinan con un rico patrimonio natural, histórico y cultural. Los territorios que la componen ofrecen una variedad de enclaves perfectos para la observación de las estrellas, la astrofotografía y experiencias únicas.
Este Geoparque destaca por sus enclaves naturales e históricos perfectos para el astroturismo, además declarado Destino Turístico Starlight desde Junio del 2025. Aquí encontrarás lugares como el Castillo de Cabañas del Castillo o el Pico Villuercas, la mayor elevación de los Montes de Toledo, ideal para la fotografía nocturna. Destaca también el Mirador Celeste ubicado en Logrosán y también podrás visitar la Ermita del Humilladero en Guadalupe o el Cancho Valdecastillo en Peraleda de San Román, con espacios amplios para observar el cielo.
La comarca de Las Hurdes, en el norte de la provincia, es conocida por la gran calidad de su cielo nocturno, recibiendo el certificado de Destino Turismo Starlight en el año 2021. Puntos como el Mirador de la Pregonera en Casares de las Hurdes (con una calidad de cielo de 2 según la escala de Bortle) y el Mirador del Gasco en Nuñomo ral son ideales para la observación a simple vista. El Meandro del Melero, en Riomalo de Abajo, también es un lugar privilegiado para la astrofotografía.
Monfragüe no solo es un santuario para la flora y fauna, sino también un referente para la observación del cielo nocturno, obteniendo el certificado de Destino Turístico Starlight en Marzo del 2021. Sus miradores y enclaves, como el Observatorio Astronómico de Monfragüe en Torrejón el Rubio o el Observatorio al aire libre La Era de los Santos en Casas de Miravete, además de los Miradores Celestes de Torrejón el Rubio y Serrejón, han sido creados para acercar el universo a los visitantes. El Pico de Miravete, con 848 metros de altitud, es otro punto alto y perfecto para la práctica del astroturismo.
Reconocido por sus paisajes y la floración de los cerezos, el Valle del Jerte también es un excelente lugar para el astroturismo. El Mirador de la Memoria en El Torno, el Mirador Celeste de Piornal y el Mirador del Puerto de Tornavacas son puntos clave de fácil acceso, con espacios amplios para la instalación de telescopios y la realización de actividades numerosas.
Más allá de su impresionante patrimonio natural y cultural, la comarca de Trasierra- Tierras de Granadilla se ha convertido en un destino esencial para el astroturismo. Sus cielos libres de contaminación lumínica ofrecen una oportunidad única para la observación estelar. Uno de los lugares más destacados es el Mirador Celeste de Granadilla, estratégicamente ubicado a las afueras del recinto amurallado, donde podrás contemplar los cielos del otoño y verano. Otro punto de observación clave es el Mirador Celeste del Centro Internacional de Innovación Deportiva en el Medio Natural “El Anillo”. Su excelente ubicación junto al embalse de Gabriel y Galán lo convierte en un enclave privilegiado para sumergirte en la inmensidad del cielo nocturno.
A poca distancia, el pasado se encuentra con el cosmos en el yacimiento arqueológico de la ciudad romana de Cáparra, donde su espectacular Arco Tetrapylum con más de 2.000 años de antigüedad se convierte en el marco perfecto para contemplar el cielo de esta comarca.
Más allá de sus frondosos bosques y valles serenos, la comarca de Sierra de Gata es un auténtico paraíso para quienes buscan desconectar y dejarse envolver por la magia del cielo nocturno. Este rincón del norte de Extremadura invita a combinar rutas de senderismo con la contemplación de la Vía Láctea, ofreciendo experiencias únicas bajo un firmamento limpio y estrellado. Uno de sus enclaves más destacados es el paraje natural “El Chorrerón” en Moraleja, reconocido como Paraje Starlight, o el Mirador Celeste ubicado en Perales del Puerto, considerado uno de los mejores puntos para la observación astronómica en la región.
En la Reserva de la Biosfera Transfronteriza de Tajo-Tejo Internacional, el cielo nocturno no es solo un telón de fondo: es protagonista. Gracias a su baja contaminación lumínica y atmósfera limpia, esta comarca extremeña ofrece condiciones excepcionales para la observación astronómica, convirtiéndose en un destino emergente para los amantes del astroturismo. El enclave formado por Salorino, Herreruela, Brozas y Membrío destaca por la calidad de sus cielos, ideales para la contemplación de estrellas y la práctica de astrofotografía. Pero el viaje no termina ahí: en Zarza la Mayor, el cielo adquiere tintes medievales junto al imponente Castillo de Peñafiel de época árabe, mientras que en los Dólmenes de Valencia de Alcántara y la Cueva del Buraco, el firmamento nos transporta a las civilizaciones ancestrales que ya miraban hacia las estrellas.
En el corazón del norte de Extremadura, el Valle del Ambroz ofrece una experiencia única donde la naturaleza y el cosmos se dan la mano. Con la llegada del otoño, sus bosques de castaños se tiñen de tonos dorados y rojizos, creando un escenario mágico para las rutas nocturnas que combinan senderismo, leyendas locales y observación de estrellas.
Caminar bajo las copas centenarias mientras la Vía Láctea se despliega sobre ti es una vivencia que conecta con lo más profundo. A más de 1.100 metros de altitud se encuentra el Mirador Celeste de La Garganta, se alza como uno de los mejores puntos de observación del cielo en la comarca. Situado junto al Corral de los Lobos, entre La Garganta y Candelario, este enclave cuenta con una mesa interpretativa iluminada que facilita la identificación de constelaciones.
Este rincón de Extremadura, famoso por sus gargantas de agua cristalina y sus frondosos robledales, es también un observatorio natural. Desde el Mirador de la Barrera de Yuste, con sus vistas panorámicas, hasta rincones más apartados como el Refugio del Brezo en Losar de La Vera, cada espacio se convierte en un escenario perfecto para la observación. Aquí no solo verás la Vía Láctea extenderse como un río de luz, sino que sentirás una conexión profunda con el universo. La Vera no solo te invita a mirar el cielo, te invita a vivirlo.
En esta comarca, el astroturismo se presenta como el complemento perfecto a su rica oferta cultural y de ecoturismo. Los Canchos de Ramiro, un paraje natural de gran valor ecológico, no solo son un paraíso para el avistamiento de aves, sino que también ofrecen unas condiciones idóneas para la observación de estrellas, con vistas panorámicas que se extienden sobre la dehesa. Las tranquilas orillas del embalse de Portaje, por su parte, son perfectas para la astrofotografía, permitiendo capturar el reflejo del cielo nocturno en sus aguas.
La comarca de Miajadas – Trujillo, cuna de descubridores y dehesas infinitas, esconde un tesoro más allá de su rica historia: uno de los mejores cielos de Europa para la observación astronómica. La escasa contaminación lumínica de esta zona convierte las noches en un espectáculo de inmensidad.
La propia ciudad de Trujillo, con su icónico castillo y sus murallas medievales, se convierte en un escenario de ensueño para la astrofotografía, fusionando patrimonio e inmensidad cósmica. Pero es en los alrededores donde la experiencia se vuelve inolvidable. Los vastos y despoblados Llanos de Cáceres, que se extienden por la comarca, ofrecen unas condiciones idóneas para la observación, gracias a su cielo despejado y la ausencia de obstáculos visuales. En estos espacios abiertos, es posible ver la Vía Láctea en todo su esplendor y sentir la magia de un cielo tan puro. La comarca de Miajadas – Trujillo te invita a vivir una noche inolvidable, conectando con la historia y la naturaleza bajo un manto de estrellas.
La comarca de Campo Arañuelo, con sus paisajes de agua y dehesa, se revela como un destino con un potencial astronómico notable. Su escasa contaminación lumínica permite que sus cielos ofrezcan un espectáculo de inmensidad, ideal para aquellos que buscan una experiencia de astroturismo auténtica.
Uno de sus puntos más emblemáticos para la observación es el embalse de Valdecañas, cuyas vastas aguas, libres de obstáculos visuales, crean el escenario perfecto para la astrofotografía. Pero lo que hace de esta zona un lugar verdaderamente único son los restos romanos de Augustóbriga, conocidos como «Los Mármoles», en el término municipal de Bohonal de Ibor. Estos restos, que fueron trasladados piedra a piedra para salvarlas de las aguas del embalse, se han convertido en un escenario excepcional. De hecho, han acogido actividades de astrofotografía y observación que fusionan la historia milenaria del lugar con la majestuosidad del cosmos, ofreciendo a los visitante una experiencia mágica e inolvidable.
La comarca de la Sierra de Montánchez, con su paisaje de dehesas y elevaciones, es un lugar ideal para la observación del firmamento. A diferencia de otras zonas, no solo destaca por sus cielos oscuros, sino que además cuenta con un punto de interés astronómico específico que combina patrimonio e inmensidad.
Su principal atractivo es el Castillo de Montánchez. Esta fortaleza medieval, que corona un cerro con vistas panorámicas, se ha convertido en un mirador celeste oficial. Este espacio cuenta con mapas estelares que se iluminan al anochecer, ayudando a los visitantes a identificar constelaciones, planetas y otros cuerpos celestes. Este mirador es parte de la red de espacios que promueve el astroturismo en la provincia. De hecho, se han organizado en la zona actividades guiadas, talleres de astrofotografía y observaciones astronómicas, lo que demuestra su gran potencial.
La comarca de Tajo-Salor-Almonte ofrece una experiencia de astroturismo única, donde el cielo nocturno se extiende sin barreras sobre un paisaje de dehesas y llanuras.
El Monumento Natural de Los Barruecos, cerca de Malpartida de Cáceres, es el punto más relevante de la comarca. Su paisaje de grandes formaciones graníticas y láminas de agua crea un escenario mágico para la astrofotografía, donde el reflejo del firmamento sobre el agua y las siluetas de las rocas ofrecen un encuadre inigualable.
Además, los llanos que se extienden por el entorno de Casar de Cáceres son perfectos para la observación. La ausencia de contaminación lumínica en estas vastas extensiones permite que la Vía Láctea se muestre en todo su esplendor, invitándote a conectar con la calma de la noche mientras contemplas las constelaciones.